El local está obligado a ganar, mientras que el visitante espera dar el batacazo con un equipo que atraviesa un proceso de pleno recambio.
Lionel Messi y Philippe Coutinho.
Reuters / Pilar Olivares / AFP / Oli Scarff
Brasil - Argentina. Argentina - Brasil. El duelo más importante y esperado de la región se va a concretar en la semifinal de la Copa América este martes 2 de julio a las 21:30 (hora local) en el estadio Mineirão, ubicado en el municipio de Belo Horizonte. Así, el 'superclásico' del continente se presenta como el plato fuerte del torneo, donde el videoarbitraje (VAR) viene siendo el gran protagonista.
En efecto, este duelo histórico puede marcar un antes y un después en la vida de los futbolistas, entrenadores y también los hinchas. Las palabras están de más: lo único que importa, es ganar. Esos países se encuentran sedientos de un nuevo título en sus vitrinas, pero solo uno brindará con caipiriña o fernet tras el partido.
Argentina enfrenta a Brasil en el Mundial del Italia 1990, donde se destaca la presencia de Diego Armando Maradona. / Juha Tamminen / www.globallookpress.com
Por lo pronto, las preguntas ya le quitaron el sueño a más de un fanático: ¿Qué selección le dará una alegría a su hinchada, ambas golpeadas en los últimos años? ¿Quién será la víctima de la inevitable lluvia de memes? ¿Olvidará Brasil la eliminación del Mundial 2014 por 7-1 contra Alemania en su propia casa? ¿Podrá Messi, finalmente, festejar algo con Argentina? Sobran los condimentos para que ningún terrícola quiera perderse el encuentro, donde también jugarán algunos marcianos.
Así llega Brasil
Por ser el anfitrión, está obligado a ganar. Jugará con su propia gente, y salir campeón es el objetivo primordial. En otras palabras, quedar eliminado en manos de su clásico rival, de local, sería una humillación difícil de superar. Con ese marco, controlar los nervios será un factor clave para una jornada electrizante.
No obstante, la 'Verdeamarela' llega agrandada y con buen juego. De hecho, los números respaldan esa afirmación: es el equipo con más remates al arco intentados (84) y menos recibidos (24) en lo que va del torneo. Tras la eliminación de Colombia, que había ganado sus tres fechas en la fase de grupos sin recibir goles en ningún partido —tampoco en cuartos de final, cuando perdió por penales—, el conjunto dirigido por Adenor Leonardo Bacchi, más conocido como 'Tite', se perfila como el gran favorito. Pero esto es fútbol, y nadie recuerda las estadísticas cuando la pelota comienza a rodar.
Así las cosas, sin Neymar, quien se vuelve a perder un torneo internacional con su selección por una lesión, Brasil intentará cumplir con las expectativas. Y tiene material: Dani Alves, Thiago Silva, Everton y Coutinho son algunos de los apellidos fuertes que sobresalen en su habitual alineación.
La necesidad de amigarse con su gente
La 'Canarinha' es una selección acostumbrada, o mal acostumbrada, al triunfo. Su gente casi no conoce el fracaso. Solo alcanza con decir que Brasil es el país con más Mundiales obtenidos, habiéndolo ganado cinco veces. No obstante, los últimos tiempos fueron para el olvido: las flojas actuaciones, muy lejanas a su 'jogo bonito' característico, culminaron en el fatídico Mundial Brasil 2014, donde fue destrozado por 7 a 1 con Alemania, como ya se mencionó. Los traumas de ese golpe y sus fantasmas perduran hasta hoy. Ningún amante del fútbol podrá olvidar las lágrimas de los brasileros en las plateas, mientras sus vecinos del Río de la Plata se regocijaban de alegría.
Aficionados de Brasil en la Copa América 2019, el 27 de junio. / Raul Arboleda / AFP
Luego de esa imperdonable derrota, "se pasó la escoba" y los dirigentes apostaron por la renovación. Así, en 2016 la selección consiguió la medalla de oro, también jugando como local, en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Lentamente el equipo comenzó a recuperar su identidad. Los últimos títulos destacables que había obtenido previamente fueron en 2013, la Copa Confederaciones, y en 2007, la Copa América que se disputó en Venezuela. En la Copa del Mundo de Rusia 2018 no logró superar los cuartos de final, quedando afuera ante Bélgica.
Así llega Argentina
La 'Albiceleste' está en medio de un proceso de renovación radical, cuyo proceso ya fue atravesado por su contrincante años atrás. A la llamada "generación dorada" de futbolistas, esa que llegó a tres finales consecutivas —Mundial de Brasil 2014 y las copas América 2015 y 2016— pero perdió todas, se le dijo "muchas gracias y hasta luego". La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) apostó por el recambio y de aquella camada histórica solo sobrevivieron algunos pocos referentes indiscutibles, como Lionel Messi, el mejor del equipo, y Sergio Agüero, el tercer goleador histórico argentino, incluso por encima de Diego Maradona.
El conjunto, que recién se está formando, está plagado de jóvenes y caras nuevas, pero ya demostró algunos puntos altos en los últimos encuentros. Por lo pronto, sobresale la solidez defensiva de Nicolás Tagliafico, la creatividad de Leandro Paredes en el medio campo, la entrega y el sacrificio de Rodrigo de Paul por la banda derecha y la infalible cuota goleadora de Lautaro Martínez. ¿Podrán los chicos argentinos dar el batacazo?
Mientras la AFA cambia de director técnico casi por deporte, sin respetar una idea de juego que sobreviva a las críticas por al menos unos años, Lionel Scaloni se colocó la ropa de entrenador hace pocos meses. Cuestionado desde el comienzo, sin experiencia ni pergaminos para dirigir al seleccionado, obtuvo el puesto de forma inesperada y ahora está ante la oportunidad de su vida: llegar a una final eliminando a Brasil en su propio hogar. Nada mal para obtener el respaldo necesario, pero deberá ganar para afirmarse en el cargo. Una vez más, todos es improvisación y el equipo se forma en medio de un torneo importante. Con algo de suerte, puede que salga bien.
Por otro lado, la sequía de títulos también aumenta la desesperación de la gente: en las últimas décadas solo se obtuvieron dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 2008 y 2004, y antes se logró una Copa América en 1993. Nada más, a pesar de grandes rendimientos colectivos.
Acompañamiento de los hinchas y la cuota pendiente de Messi
Como cada vez que juega la selección, miles de simpatizantes celestes y blancos alientan al equipo en la cancha. A pesar de ser visitantes, el público argentino, al menos ese que no reniega de la fuerte crisis económica que atraviesa su país, se mostró en gran número en todos los partidos previos. Los cánticos se escuchan aunque se juegue en la nación vecina, y el himno también: las autoridades cambiaron el tramo sonoro escogido para que resuene en las tribunas. Ahora se oye más fuerte y hasta el propio Messi, en el pasado criticado por no cantar esa canción patriota, pronunció las estrofas nacionales antes del partido con Venezuela. Aunque ello no determine la calidad del juego, cambió el clima dentro y fuera de la cancha, y eso contagia.
Curiosamente, quien durante muchos años fue el mejor jugador del mundo, tuvo algunos partidos flojos en la competición. Sin embargo, Messi, que ganó absolutamente todo con el Barcelona, afirma públicamente que antes de retirarse quiere lograr el éxito con el país que ama, cuya concreción se le está haciendo esquiva. Ahora, se acercan los últimos torneos del astro rosarino, y son muchos los que esperan verlo con un trofeo para Argentina, silenciando a sus pocos críticos, que suelen hacer bastante ruido.
Las bromas de siempre
Gane quien gane, no faltará lugar para las típicas humoradas latinoamericanas. Un claro ejemplo de ello ocurrió en 2010, cuando el equipo del programa Caiga Quien Caiga (CQC) de Brasil fue a Buenos Aires para ver un partido de la selección argentina en un bar muy concurrido, pero para hacer una broma muy pesada: tenían un control remoto universal, y en cada jugada clave de la 'Albiceleste', apagaban la televisión, desatando la ira local.
Con mucho rencor, el equipo argentino de CQC —originalmente el programa nació en Argentina — fue a Brasil para vengarse de sus vecinos, hicieron lo mismo y el resultado fue muy divertido. Para la suerte del cronista, el 'Gigante de Sudamérica' ganó ese encuentro y pudo retirarse sano y salvo, en medio de risas.
Todo listo
En la previa, casi todos los números son favorables para Brasil. Aquellas selecciones disputaron 105 partidos oficiales: 42 victorias fueron para la 'Verdeamarela', 38 para la 'Albiceleste' y el resto de los choques empataron. Por la Copa América, Argentina "tiene de hijo" a su rival: se midieron en 32 oportunidades, los del Cono Sur triunfaron 15 veces y la 'Canarinha' nueve. No obstante, Brasil eliminó a su rival en los últimos cuatro enfrentamientos por dicha competición, en 1995, 1999 y las finales de 2004 y 2007. Además, a los del Río de la Plata siempre se les hizo muy difícil, o casi imposible, ganar en suelo tropical por partidos oficiales.
Fuera del aspecto futbolístico, atraviesan contextos políticos similares. Argentina, con una importante crisis económica, y Brasil, con un pronunciado estancamiento, coinciden en tener mandatarios de la misma corriente ideológica, con buenas relaciones entre sí y también estrechos lazos con Washington. En ambos territorios suelen desatarse protestas para rechazar diversas políticas oficiales, en medio de un contexto de ajuste y recortes presupuestarios.
Además, no hace falta aclarar que se trata de países muy futboleros, y lo que suceda este martes puede incidir en el humor social. ¿Bolsonaro llamará a Macri para consolarlo por la derrota, o será al revés?
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